martes, 19 de febrero de 2008

Bungy Jumping

Con esa sensación vieja de que definitivamente la cabeza me está por estallar, y a pesar de que quizá sea cierto que simplemente debía haber salido aunque más no sea un rato a correr a la plaza y transpirar, y después volver y ducharme y sentirme mejor; asumo que, no preciso tanto correr como gritar, gritar con mucha fuerza.
Y ahora, rodeada, no puedo avanzar en esta búsqueda de razones que le den la razón a mi búsqueda.
Basta.
Estoy cansada de mi manera de escribir, repitiendo siempre las mismas cosas (me sonó mentalmente a Soda Stereo, ¿será efecto del regreso?).
En fin, y acá voy... blanquéandome de una vez para no entristecer.
Se me termina la carrera, y siento una sensación que jamás sentí. El escenario es un atardecer que amaga la más oscura de las noches y una soga me tironea desde el cielo en la ribera de un mar plata que recorta la sombra de una kilométrica plataforma en la que se alza la estructura de un bungy jumping. Y nunca termino de subir y el problema es que cada centímetro que subo tendré que bajarlo y me asusta. ¡Pero el paisaje es tan hermoso! Casi no quisiera pensar en eso, y entonces sólo disfrutar de dejarme subir. Sin embargo no puedo, no sé si es el arnés que me deja sin respiración o la certeza de que al final viene la caída.
Indeclinable.
Rêve intense et rapide de
groupes sentimentaux
avec des êtres de tous les
caractères parmi
toutes les apparences.
(Rimbaud)

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