viernes, 25 de julio de 2008

Panis et circensis

Marisa Monte canta esta canción producto de Tropicalia (una mezcla de Caetano Veloso, Gilberto Gil y Gal Costa, la banda Os Mutantes -algo así como The Beatles brasileños-, Tom Zé, Rogelio Duprat, María Bethania, Chico Buarque y hasta Roberto Carlos).
Una canción que tengo la suerta de encontrar a casi 40 años de su nacimiento. La comparto porque me deslumbró (sí, definitivamente es la palabra) desde el instante en que la conocí... es que esta letra y su melodía son realmente muy luminosas.
Comparto con ustedes además el video de youtube en la versión más nueva que encontré (2007), lo cierto es que es una canción del año 69. Parece ser que este disco -y este tema- fue (es) casi un manifiesto de lo que sostenía el tropicalismo, un movimiento que tenía un poco de todo: folklore brasileño, guitarras eléctricas, arreglos sinfónicos y corales, y hasta algún que otro experimento sonoro; pero sobre todo un nuevo discurso comprometido con lo social, lo cultural y lo político, todo un desafío en tiempos de "Pan y Circo"...
Quisiera arriesgarme a traducirlo con un google y un diccionario como Dios manda... pero presiento que sólo terminaría sacándole el velo y destruyendo esa suerte de coraje esperanzado e ingenuo que encierra todo portugués, tan a niño como suena. Son menos los pros que los contra esta vez, disculpen.

PANIS ET CIRCENSIS
Eu quis cantar
Minha cancao iluminada de sol
Soltei os panos sobre os mastros no ar
Soltei os tigres e leoes nos quintais
Mas as pessoas da sala de jantar
Sao ocupadas em nascer e morrer
Mandei fazer
De puro aco luminoso punhal
Para matar o meu amor e matei
As 5 horas na Avenida Central
Mas as pessoas da sala de jantar
Sao ocupadas em nascer e morrer
Mandei plantar
Folhas de sonho no jardim do solar
As folhas sabem procurar pelo sol
E as raizes, procurar, procurar
Mas as pessoas da sala de jantar
Essas pessoas da sala de jantar
Sao as pessoas da sala de jantar
Essas pessoas da sala de jantar
Sao ocupadas em nascer e morrer

martes, 1 de julio de 2008

¿Punta del iceberg? ¿o punta del ovillo?

proximamente... cuando a la inspiración se le termine la licencia.

En fin... (ya es 22 de julio de 2008 y la licencia a pleno)... esto es lo que hay:

Las puntas de ovillos y las puntas de iceberg tienen en común lo que no tienen, lo que les falta para ser un iceberg o un ovillo... lo que los convertirá en lo que son pero que a la vez no son hasta tanto sean.
Lo que tienen en común entonces es bastante evidente y digamos que salta a todas luces. Luces que, por otro lado, no iluminan lo suficiente como para que el titanic o mi presunta falta de inteligencia puedan ver que detrás de eso -que apenas es una punta- hay algo enorme... muchísimo mejor (lease ovillo), muchísimo peor (lease iceberg). Lo interesante de estas puntas es que al ser no son. Y podemos ir tranquilos por la vida con la esperanza de que el iceberg tal vez sea sólo ovillo. O al revés, pero seríamos más masoquistas.
Aparecen como conejitos, y se nos instalan -gitanas- en el paladar de la decisión, en el principio del bostezo, contracción de lo evidente y que quizá.. quién dice... no.
Gitanas, conejos, bostezos... las puntas son la clara contracara de lo cotidiano, y no tanto de lo cotidiano como de lo que en cotidiano tiende a convertirse. Porque si las puntas no son, entonces no es lógico que su contracara sea. Su cantracara no es, sino que tiende a ser, y tiende a ser lo cotidiano. Así, las puntas, hermosas, tienden a ser lo nocotidiano. Eh ahí su esplendor.
Porque... digámoslo: Hay algo tan nocotidiano detrás de cada punta...!!