jueves, 12 de marzo de 2009

la primaria

Un reencuentro cybernético con gente de ahora que fue gente de antes me llevó a repensar un pasado que dicen que tuve. Y de pronto, la sensación de no haberme quedado con casi nada. Apenas hebillas fucsia, bubaloo de uva y los dinos que venían como dos huevitos y eran riquísimos los primeros 5 segundos.

Qué pudo atormentarme, dónde se esconden las razones que me hacen escapar de ese edificio, de esa gente, de esa infancia de caracoles y sombrillas. Para llegar a lo alto de una memoria traicionera que sólo se acuerda de una bandera, unos conejos, una tasa, un esguince... de 40 o 60 cuentas todas juntas, y pará de contar.

Motivos hay. Una campana que literalmente sonaba y al recreo, a hacer una cola de chicos que se reían porque para mi, que no estaba todavía "entelevisada", tenía más lógica "Las tres sillas de oro" que las "Trillizas de oro"... ¿quién va a decir lo contrario?
Esto no es soplar y hacer botellas... había que ser Mafalda en los '90 !! y ponerle el pecho a la bala sin miedo al desencanto, leyendo sin parar cualquier cosa que me pusieran delante y jugando a ser una periodista que solo decía copetes de noticias sobre la Guerra del Golfo (porqué puse guerra con mayúscula?) que traía mi viejo de la radio... Había que desconocer los más evidentes detalles de Grande Pa... y cantar "nada caaambiará, no habrá que volver a empezaaar..." como si no tuviese nada que ver con la Banda del Golden Rocket.
Inmutable, caminando en colores pasteles sobre la parecita, trepando a los ojos de cualquiera que supiera algo que yo no, tarareando canciones de Silvio que no entendía... (en casa era eso o Baglieto o Serrat o Los Beatles y para de contar)... y apasionándome sinceramente entre unicornios y nicaraguas.
Nunca fui muy de rosa. Nunca me cerró del todo eso de quedarme sentadita y calladita. A los porqués me los tenían que dar en efectivo, sin que alguna financiación me los desvirtuara en cuotas. Así crecí, Mafalda de tres sillas.
Así pasé por el colegio, con dos vergüenzas: un despache de moda que era Depeche Mode, y una ida al baño que no era al baño y me agarraron en la escalera y "mirá que sos zorra!!". ¿Zorra? ¿De todos los animales del mundo tuvo que elegir ese?, y sentirme observada porque nadie entendiá que yo, en 5to grado con 9 años, tenía ganas de comer caramelos... y cuando yo tenía ganas de algo: I´m so sorry.
Dos vergüenzas es poco en 7 años, después de todo es casi nada.
Y disfrazarme de flor, de patinadora... de dama antigua que envidiaba, desde el fondo de su palidéz real y su miriñaque de mentira, a las negras candumberas que bailaban al son de las empanadas calientes... que ni comparación con lo aburrido del minué tenía.
Leer, leer en voy baja y en voz alta en un acto de 3ro con la profe que me tenía el micrófono y me tapaba lo que decía el guíon y no avisarle total me lo sabía de memoria... Y una pata de un piano o algo así que se se cayó no sé dónde y a un chico le pasó no sé qué cosa... y todo así, como borrorso, como desenfocado. Como una mezcla de ayeres que se pegotean y me despistan, de puro mañieros, refrescando sentimientos que no tuve y regalándome miradas que no ví.
Así de extraño es mi pasado bien pasado... un pasado que a veces toco con la punta de los dedos pero como que lo despierto y se me va. Un pasado que se quedó en 2do grado y no para de jugar a las escondidas, y yo cuento 1, 2, 3, 4... y vuelvo a empezar y pica para todos los compas.