proximamente... cuando a la inspiración se le termine la licencia.
En fin... (ya es 22 de julio de 2008 y la licencia a pleno)... esto es lo que hay:
Las puntas de ovillos y las puntas de iceberg tienen en común lo que no tienen, lo que les falta para ser un iceberg o un ovillo... lo que los convertirá en lo que son pero que a la vez no son hasta tanto sean.
En fin... (ya es 22 de julio de 2008 y la licencia a pleno)... esto es lo que hay:
Las puntas de ovillos y las puntas de iceberg tienen en común lo que no tienen, lo que les falta para ser un iceberg o un ovillo... lo que los convertirá en lo que son pero que a la vez no son hasta tanto sean.
Lo que tienen en común entonces es bastante evidente y digamos que salta a todas luces. Luces que, por otro lado, no iluminan lo suficiente como para que el titanic o mi presunta falta de inteligencia puedan ver que detrás de eso -que apenas es una punta- hay algo enorme... muchísimo mejor (lease ovillo), muchísimo peor (lease iceberg). Lo interesante de estas puntas es que al ser no son. Y podemos ir tranquilos por la vida con la esperanza de que el iceberg tal vez sea sólo ovillo. O al revés, pero seríamos más masoquistas.
Aparecen como conejitos, y se nos instalan -gitanas- en el paladar de la decisión, en el principio del bostezo, contracción de lo evidente y que quizá.. quién dice... no.
Gitanas, conejos, bostezos... las puntas son la clara contracara de lo cotidiano, y no tanto de lo cotidiano como de lo que en cotidiano tiende a convertirse. Porque si las puntas no son, entonces no es lógico que su contracara sea. Su cantracara no es, sino que tiende a ser, y tiende a ser lo cotidiano. Así, las puntas, hermosas, tienden a ser lo nocotidiano. Eh ahí su esplendor.
Porque... digámoslo: Hay algo tan nocotidiano detrás de cada punta...!!
Aparecen como conejitos, y se nos instalan -gitanas- en el paladar de la decisión, en el principio del bostezo, contracción de lo evidente y que quizá.. quién dice... no.
Gitanas, conejos, bostezos... las puntas son la clara contracara de lo cotidiano, y no tanto de lo cotidiano como de lo que en cotidiano tiende a convertirse. Porque si las puntas no son, entonces no es lógico que su contracara sea. Su cantracara no es, sino que tiende a ser, y tiende a ser lo cotidiano. Así, las puntas, hermosas, tienden a ser lo nocotidiano. Eh ahí su esplendor.
Porque... digámoslo: Hay algo tan nocotidiano detrás de cada punta...!!
Esperando entonces....jajajaj
ResponderEliminarBesotes!!!!
Vane__________*
Ceci mientras leía tu post pensaba que a veces, las cosas y las situaciones resultan lo que nosotros queremos que resulten. Sí queremos enfrentar un iceberg, o un ovillo .. muchas veces depende de nosotros y de como miremos lo que nos pasa ... y como nos conduzcamos frente a eso.
ResponderEliminarUn beso.
M.L