sábado, 3 de mayo de 2008

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O "Elogio a los puntos suspensivos"...
Costó encontrarlo, tenía la impresión de haberlo leído pero no la certeza del lugar exacto y entonces apareció de vuelta Cortázar pinchándome el globo, no te sigo el tren esta vez, te respeto (lógico vos sos un grande y está claro) pero esta vez voy en avión.
La cosa es así, el tipo viene hablando de que su lenguaje es una suerte de carbono 14, que puede fechar cada relato con solo mirar la forma en que está escrito; y entonces se descarga contra ellos: "Por ejemplo los puntos suspensivos, que en mi juventud utilicé como cualquiera pero que un día empezaron a parecerme horrendos al punto que solo en casos inevitables los incluyo."

Yo seré cualquiera pero ellos no son horrendos aunque aparezcan como un recurso barato, te reconozco que nadie que sepa escribir realmente bien tendería a caer en su abuso, pero porqué cargarlos con la culpa.
Además, evitar los puntos suspensivos es un desafío para alguien que -como yo- viene permitíéndoselos con regularidad ilimitada.
Qué quieren que les diga a mi me caen bien, por más horrendos que Julio los encuentre, ni sabría cómo prescindir sin más de esa suerte de amalgama, tibia unión de frases, escala de colores. Son la síntesis, no tienen el egoísmo de los puntos y seguido, ni el amiguismo de las comas. Me caen bien. Ningún otro signo, ninguna letra siquiera, precisa tanto del lector, los puntos suspensivos lo hacen pensar, buscan que se adelante y que se imagine lo que viene que construya la "amalgama" de frases que se unen, que la viva que la sienta.
En concreto...
Serían, según algún tipo/a que sabe de gramática, algo así como la representación de una pausa en el lenguaje oral durante la que se mantiene y se alarga el tono de la palabra anterior a ellos, para indicar que se deja en suspenso el sentido de lo expresado anteriormente. Pero no sólo ahí, también en los finales imprecisos o para expresar sentimientos (por eso lo de la actitud protagónica del lector, los sentimientos se los tiene que imaginar él mismo... se ve?), vacilación, duda, indecisión, temor, todo cabe dentro de los puntos suspensivos. Serán un recurso barato pero no son horrendos. Yo los veo sinapsis, color tinta, tamaño fuente, inevitables, cosquillitas, bolitas de tela, automáticos, hermosos. No horrendos.
(da cierto escozor el animismo que percibo en este relato... pero vendrán peores, lo sospecho)

2 comentarios:

  1. nievi

    no son horrendos para nada. Dejan el misterio los puntos suspensivos, dejan al lector imaginar, hacen que el autor pueda despacharse con alguna indirecta y pueda prescindir de precisar todo.
    Bueno, eso. Justo escribís esto en una época en la que yo -vaya a saber uno por qué- en la que a los pobres puntos suspensivos no les doy casi descanso, podría decirse hasta que abuso de ellos.

    ahora saliendo del tema, te quería decir que la pasé muy bien la otra vez en la fiesta, salió muy linda, sobre todo por el karaoke súper planeado y el video más que tierno. Ya hablaré en su momento con arturo para ver si quiere comercializar videos a la gente en general, aunque él no los conozca. Veremos. Gracias por invitarme. ¡Ah! Hay fotos de la cámara de Luz :)

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  2. Hola Ce....(vés, ya arranque con los puntos) los exploto al máximo!!! para la escritura coloquial, digamos, después me recato, debo confesarlo.
    En muchas situaciones me libera de explicitar ciertas cuestiones, dejo finales abiertos, los reemplazo por un etc.etc...en fin, hasta acá mismo se nota que están conmigo y yo con ellos!!!!.
    Por otro lado debo confesar que nunca me puse a analizarlos, veré si lo hago.....

    Te quiero amiga!!!!

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